La aplicación permitía al arrestado acceder a las conversaciones de whatsapp, todas las redes sociales a las que la víctima estaba inscrita, así como acceso a cuentas bancarias e incluso activar el micrófono o la cámara de forma remota para escuchar y ver lo que ocurría alrededor del teléfono.
La joven declaró que psicológicamente no podía más y que había intentando en diversas ocasiones dar por finalizada la relación, así como abandonar el domicilio donde convivían, algo que no llegó a realizarse ante la insistencia de su pareja, decidiendo darle diversas oportunidades por su dependencia emocional.
Después de cada oportunidad, pasado el tiempo, volvía el control sobre la joven, llegando incluso a ridiculizarla ante sus amistades, así como a chantajearla emocionalmente.
Fuente: ABC de Sevilla via @abcdesevilla